jueves, 31 de julio de 2014

MISCELANEAS BIBLICAS

MISCELANEAS BIBLICAS


Mat 13:36 Entonces despidió a la multitud y se fue a casa. Y se le acercaron sus discípulos diciendo: «Explícanos la parábola de la cizaña del campo.»
Mat 13:37 El respondió: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre;
Mat 13:38 el campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del Reino; la cizaña son los hijos del Maligno;
Mat 13:39 el enemigo que la sembró es el Diablo; la siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles.
Mat 13:40 De la misma manera, pues, que se recoge la cizaña y se la quema en el fuego, así será al fin del mundo.
Mat 13:41 El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los obradores de iniquidad,
Mat 13:42 y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes.
Mat 13:43 Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga.
Mat 13:44 «El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel.»
Mat 13:45 «También es semejante el Reino de los Cielos a un mercader que anda buscando perlas finas,
Mat 13:46 y que, al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra.
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Jua 10:1 «En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que escala por otro lado, ése es un ladrón y un salteador;
Jua 10:2 pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas.
Jua 10:3 A éste le abre el portero, y las ovejas escuchan su voz; y a sus ovejas las llama una por una y las saca fuera.
Jua 10:4 Cuando ha sacado todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.
Jua 10:5 Pero no seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.»
Jua 10:6 Jesús les dijo esta parábola, pero ellos no comprendieron lo que les hablaba.
Jua 10:7 Entonces Jesús les dijo de nuevo: «En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas.
Jua 10:8 Todos los que han venido delante de mí son ladrones y salteadores; pero las ovejas no les escucharon.
Jua 10:9 Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará pasto.
Jua 10:10 El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.
Jua 10:11 Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.
Jua 10:12 Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa,
Jua 10:13 porque es asalariado y no le importan nada las ovejas.
Jua 10:14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí,
Jua 10:15 como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas.
Jua 10:16 También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor.
Jua 10:17 Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo.
Jua 10:18 Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo; esa es la orden que he recibido de mi Padre.»
Jua 10:19 Se produjo otra vez una disensión entre los judíos por estas palabras.
Jua 10:20 Muchos de ellos decían: «Tiene un demonio y está loco. ¿Por qué le escucháis?»
Jua 10:21 Pero otros decían: «Esas palabras no son de un endemoniado. ¿Puede acaso un demonio abrir los ojos de los ciegos?»
Jua 10:22 Se celebró por entonces en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno.
Jua 10:23 Jesús se paseaba por el Templo, en el pórtico de Salomón.
Jua 10:24 Le rodearon los judíos, y le decían: «¿Hasta cuándo vas tenernos en vilo? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente.»
Jua 10:25 Jesús les respondió: «Ya os lo he dicho, pero no me creéis. Las obras que hago en nombre de mi Padre son las que dan testimonio de mí;
Jua 10:26 pero vosotros no creéis porque no sois de mis ovejas.
Jua 10:27 Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas mi siguen.
Jua 10:28 Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano.

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Hch 10:1 Había en Cesarea un hombre, llamado Cornelio, centurión de la cohorte Itálica,
Hch 10:2 piadoso y temeroso de Dios, como toda su familia, daba muchas limosnas al pueblo y continuamente oraba a Dios.
Hch 10:3 Vio claramente en visión, hacia la hora nona del día, que el Ángel de Dios entraba en su casa y le decía: «Cornelio.»
Hch 10:4 El le miró fijamente y lleno de espanto dijo: «¿Qué pasa, señor?» Le respondió: «Tus oraciones y tus limosnas han subido como memorial ante la presencia de Dios.
Hch 10:5 Ahora envía hombres a Joppe y haz venir a un tal Simón, a quien llaman Pedro.
Hch 10:6 Este se hospeda en casa de un tal Simón, curtidor, que tiene la casa junto al mar.»
Hch 10:7 Apenas se fue el ángel que le hablaba, llamó a dos criados y a un soldado piadoso, de entre sus asistentes,
Hch 10:8 les contó todo y los envió a Joppe.
Hch 10:9 Al día siguiente, mientras ellos iban de camino y se acercaban a la ciudad, subió Pedro al terrado, sobre la hora sexta, para hacer oración.
Hch 10:10 Sintió hambre y quiso comer. Mientras se lo preparaban le sobrevino un éxtasis,
Hch 10:11 y vio los cielos abiertos y que bajaba hacia la tierra una cosa así como un gran lienzo, atado por las cuatro puntas.
Hch 10:12 Dentro de él había toda suerte de cuadrúpedos, reptiles de la tierra y aves del cielo.
Hch 10:13 Y una voz le dijo: «Levántate, Pedro, sacrifica y come.»
Hch 10:14 Pedro contestó: «De ninguna manera, Señor; jamás he comido nada profano e impuro.»
Hch 10:15 La voz le dijo por segunda vez: «Lo que Dios ha purificado no lo llames tú profano.»
Hch 10:16 Esto se repitió tres veces, e inmediatamente la cosa aquella fue elevada hacia el cielo.
Hch 10:17 Estaba Pedro perplejo pensando qué podría significar la visión que había visto, cuando los hombres enviados por Cornelio, después de preguntar por la casa de Simón, se presentaron en la puerta;
Hch 10:18 llamaron y preguntaron si se hospedaba allí Simón, llamado Pedro.

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Mat 18:21 Pedro se acercó entonces y le dijo: «Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces?»
Mat 18:22 Dícele Jesús: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.»
Mat 18:23 «Por eso el Reino de los Cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos.
Mat 18:24 Al empezar a ajustarlas, le fue presentado uno que le debía 10.000. talentos.
Mat 18:25 Como no tenía con qué pagar, ordenó el señor que fuese vendido él, su mujer y sus hijos y todo cuanto tenía, y que se le pagase.
Mat 18:26 Entonces el siervo se echó a sus pies, y postrado le decía: "Ten paciencia conmigo, que todo te lo pagaré."
Mat 18:27 Movido a compasión el señor de aquel siervo, le dejó en libertad y le perdonó la deuda.
Mat 18:28 Al salir de allí aquel siervo se encontró con uno de sus compañeros, que le debía cien denarios; le agarró y, ahogándole, le decía: "Paga lo que debes."
Mat 18:29 Su compañero, cayendo a sus pies, le suplicaba: "Ten paciencia conmigo, que ya te pagaré."
Mat 18:30 Pero él no quiso, sino que fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase lo que debía.
Mat 18:31 Al ver sus compañeros lo ocurrido, se entristecieron mucho, y fueron a contar a su señor todo lo sucedido.
Mat 18:32 Su señor entonces le mandó llamar y le dijo: "Siervo malvado, yo te perdoné a ti toda aquella deuda porque me lo suplicaste.
Mat 18:33 ¿No debías tú también compadecerte de tu compañero, del mismo modo que yo me compadecí de ti?"
Mat 18:34 Y encolerizado su señor, le entregó a los verdugos hasta que pagase todo lo que le debía.
Mat 18:35 Esto mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si no perdonáis de corazón cada uno a vuestro hermano.»

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Luc 15:8 «O, ¿qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca cuidadosamente hasta que la encuentra?
Luc 15:9 Y cuando la encuentra, convoca a las amigas y vecinas, y dice: "Alegraos conmigo, porque he hallado la dracma que había perdido."
Luc 15:10 Del mismo modo, os digo, se produce alegría ante los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta.»
Luc 15:11 Dijo: «Un hombre tenía dos hijos;
Luc 15:12 y el menor de ellos dijo al padre: "Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde." Y él les repartió la hacienda.
Luc 15:13 Pocos días después el hijo menor lo reunió todo y se marchó a un país lejano donde malgastó su hacienda viviendo como un libertino.
Luc 15:14 «Cuando hubo gastado todo, sobrevino un hambre extrema en aquel país, y comenzó a pasar necesidad.
Luc 15:15 Entonces, fue y se ajustó con uno de los ciudadanos de aquel país, que le envió a sus fincas a apacentar puercos.
Luc 15:16 Y deseaba llenar su vientre con las algarrobas que comían los puercos, pero nadie se las daba.
Luc 15:17 Y entrando en sí mismo, dijo: "¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre!
Luc 15:18 Me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y ante ti.
Luc 15:19 Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros."
Luc 15:20 Y, levantándose, partió hacia su padre. «Estando él todavía lejos, le vió su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente.
Luc 15:21 El hijo le dijo: "Padre, pequé contra el cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo."
Luc 15:22 Pero el padre dijo a sus siervos: "Traed aprisa el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en su mano y unas sandalias en los pies.
Luc 15:23 Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta,
Luc 15:24 porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado." Y comenzaron la fiesta.
Luc 15:25 «Su hijo mayor estaba en el campo y, al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y las danzas;
Luc 15:26 y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.
Luc 15:27 El le dijo: "Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado el novillo cebado, porque le ha recobrado sano."
Luc 15:28 El se irritó y no quería entrar. Salió su padre, y le suplicaba.
Luc 15:29 Pero él replicó a su padre: "Hace tantos años que te sirvo, y jamás dejé de cumplir una orden tuya, pero nunca me has dado un cabrito para tener una fiesta con mis amigos;
Luc 15:30 y ¡ahora que ha venido ese hijo tuyo, que ha devorado tu hacienda con prostitutas, has matado para él el novillo cebado!"
Luc 15:31 «Pero él le dijo: "Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo;
Luc 15:32 pero convenía celebrar una fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado."»

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Hch 10:1 Había en Cesarea un hombre, llamado Cornelio, centurión de la cohorte Itálica,
Hch 10:2 piadoso y temeroso de Dios, como toda su familia, daba muchas limosnas al pueblo y continuamente oraba a Dios.
Hch 10:3 Vio claramente en visión, hacia la hora nona del día, que el Ángel de Dios entraba en su casa y le decía: «Cornelio.»
Hch 10:4 El le miró fijamente y lleno de espanto dijo: «¿Qué pasa, señor?» Le respondió: «Tus oraciones y tus limosnas han subido como memorial ante la presencia de Dios.
Hch 10:5 Ahora envía hombres a Joppe y haz venir a un tal Simón, a quien llaman Pedro.
Hch 10:6 Este se hospeda en casa de un tal Simón, curtidor, que tiene la casa junto al mar.»
Hch 10:7 Apenas se fue el ángel que le hablaba, llamó a dos criados y a un soldado piadoso, de entre sus asistentes,
Hch 10:8 les contó todo y los envió a Joppe.
Hch 10:9 Al día siguiente, mientras ellos iban de camino y se acercaban a la ciudad, subió Pedro al terrado, sobre la hora sexta, para hacer oración.
Hch 10:10 Sintió hambre y quiso comer. Mientras se lo preparaban le sobrevino un éxtasis,
Hch 10:11 y vio los cielos abiertos y que bajaba hacia la tierra una cosa así como un gran lienzo, atado por las cuatro puntas.
Hch 10:12 Dentro de él había toda suerte de cuadrúpedos, reptiles de la tierra y aves del cielo.
Hch 10:13 Y una voz le dijo: «Levántate, Pedro, sacrifica y come.»
Hch 10:14 Pedro contestó: «De ninguna manera, Señor; jamás he comido nada profano e impuro.»
Hch 10:15 La voz le dijo por segunda vez: «Lo que Dios ha purificado no lo llames tú profano.»
Hch 10:16 Esto se repitió tres veces, e inmediatamente la cosa aquella fue elevada hacia el cielo.
Hch 10:17 Estaba Pedro perplejo pensando qué podría significar la visión que había visto, cuando los hombres enviados por Cornelio, después de preguntar por la casa de Simón, se presentaron en la puerta;
Hch 10:18 llamaron y preguntaron si se hospedaba allí Simón, llamado Pedro.
Hch 10:19 Estando Pedro pensando en la visión, le dijo el Espíritu: «Ahí tienes unos hombres que te buscan.
Hch 10:20 Baja, pues, al momento y vete con ellos sin vacilar, pues yo los he enviado.»
Hch 10:21 Pedro bajó donde ellos y les dijo: «Yo soy el que buscáis; ¿por qué motivo habéis venido?»
Hch 10:22 Ellos respondieron: «El centurión Cornelio, hombre justo y temeroso de Dios, reconocido como tal por el testimonio de toda la nación judía, ha recibido de un ángel santo el aviso de hacerte venir a su casa y de escuchar lo que tú digas.»
Hch 10:23 Entonces les invitó a entrar y les dio hospedaje. Al día siguiente se levantó y se fue con ellos; le acompañaron algunos hermanos de Joppe.
Hch 10:24 Al siguiente día entró en Cesarea. Cornelio los estaba esperando. Había reunido a sus parientes y a los amigos íntimos.
Hch 10:25 Cuando Pedro entraba salió Cornelio a su encuentro y cayó postrado a sus pies.
Hch 10:26 Pedro le levantó diciéndole: «Levántate, que también yo soy un hombre.»
Hch 10:27 Y conversando con él entró y encontró a muchos reunidos.
Hch 10:28 Y les dijo: «Vosotros sabéis que no le está permitido a un judío juntarse con un extranjero ni entrar en su casa; pero a mí me ha mostrado Dios que no hay que llamar profano o impuro a ningún hombre.
Hch 10:29 Por eso al ser llamado he venido sin dudar. Os pregunto, pues, por qué motivo me habéis enviado a llamar.»
Hch 10:30 Cornelio contestó: «Hace cuatro días, a esta misma hora, estaba yo haciendo la oración de nona en mi casa, y de pronto se presentó delante de mí un varón con vestidos resplandecientes,
Hch 10:31 y me dijo: "Cornelio, tu oración ha sido oída y se han recordado tus limosnas ante Dios;
Hch 10:32 envía, pues, a Joppe y haz llamar a Simón, llamado Pedro, que se hospeda en casa de Simón el curtidor, junto al mar."
Hch 10:33 Al instante mandé enviados donde ti, y tú has hecho bien en venir. Ahora, pues, todos nosotros, en la presencia de Dios, estamos dispuestos para escuchar todo lo que te ha sido ordenado por el Señor.»
Hch 10:34 Entonces Pedro tomó la palabra y dijo: «Verdaderamente comprendo que Dios no hace acepción de personas,
Hch 10:35 sino que en cualquier nación el que le teme y practica la justicia le es grato.
Hch 10:36 «El ha enviado su Palabra a los hijos de Israel, anunciándoles la Buena Nueva de la paz por medio de Jesucristo que es el Señor de todos.
Hch 10:37 Vosotros sabéis lo sucedido en toda Judea, comenzando por Galilea, después que Juan predicó el bautismo;
Hch 10:38 cómo Dios a Jesús de Nazaret le ungió con el Espíritu Santo y con poder, y cómo él pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el Diablo, porque Dios estaba con él;
Hch 10:39 y nosotros somos testigos de todo lo que hizo en la región de los judíos y en Jerusalén; a quien llegaron a matar colgándole de un madero;
Hch 10:40 a éste, Dios le resucitó al tercer día y le concedió la gracia de aparecerse,
Hch 10:41 no a todo el pueblo, sino a los testigos que Dios había escogido de antemano, a nosotros que comimos y bebimos con él después que resucitó de entre los muertos.
Hch 10:42 Y nos mandó que predicásemos al Pueblo, y que diésemos testimonio de que él está constituido por Dios juez de vivos y muertos.
Hch 10:43 De éste todos los profetas dan testimonio de que todo el que cree en él alcanza, por su nombre, el perdón de los pecados.»
Hch 10:44 Estaba Pedro diciendo estas cosas cuando el Espíritu Santo cayó sobre todos los que escuchaban la Palabra.
Hch 10:45 Y los fieles circuncisos que habían venido con Pedro quedaron atónitos al ver que el don del Espíritu Santo había sido derramado también sobre los gentiles,
Hch 10:46 pues les oían hablar en lenguas y glorificar a Dios. Entonces Pedro dijo:
Hch 10:47 «¿Acaso puede alguno negar el agua del bautismo a éstos que han recibido el Espíritu Santo como nosotros?»
Hch 10:48 Y mandó que fueran bautizados en el nombre de Jesucristo. Entonces le pidieron que se quedase algunos días.

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2Ti 2:15 Procura cuidadosamente presentarte ante Dios como hombre probado, como obrero que no tiene por qué avergonzarse, como fiel distribuidor de la Palabra de la verdad.

Efe 1:4 por cuanto nos ha elegido en él antes de la fundación del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor;

Efe 3:10 para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora manifestada a los Principados y a las Potestades en los cielos, mediante la Iglesia,
Efe 3:11 conforme al previo designio eterno que realizó en Cristo Jesús, Señor nuestro,

1Pe 1:18 sabiendo que habéis sido rescatados de la conducta necia heredada de vuestros padres, no con algo caduco, oro o plata,
1Pe 1:19 sino con una sangre preciosa, como de cordero sin tacha y sin mancilla, Cristo,
1Pe 1:20 predestinado antes de la creación del mundo y manifestado en los últimos tiempos a causa de vosotros;

Gál 4:4 Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley,

Hch 3:25 «Vosotros sois los hijos de los profetas y de la alianza que Dios estableció con vuestros padres al decir a Abraham: En tu descendencia serán bendecidas todas las familias de la tierra.
Hch 3:26 Para vosotros en primer lugar ha resucitado Dios a su Siervo y le ha enviado para bendeciros, apartándoos a cada uno de vuestras iniquidades.»
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martes, 23 de octubre de 2012

María, la Mujer de Génesis 3,15



                                                    María, la Mujer de Génesis 3,15
            La Iglesia siempre se ha apoyado en la Sagrada Escritura para formular su doctrina mariana y los dogmas mariológicos. Incluso, cuando se invoca a la Tradición, por mayor prudencia y certeza, se apela más a la interpretación tradicional pero escrita de los textos escriturísticos, que a las tradiciones más modernas y no escritas. A este respecto hace referencia explícita la Constitución Apostólica Munificentissimus Deus en donde se define la Asunción de María. 
            Los textos propiamente mariológicos de la Escritura son pocos, pero alcanzan para dar un fondo teológico a los dogmas y todo aquello referente a la Madre de Dios y que la Iglesia profesa y sostiene.
            Respecto al Antiguo Testamento, establecer la doctrina mariana tiene cierta complejidad, dado que no existe unanimidad de opiniones entre los exegetas sino más bien los criterios son muy variados. De este modo unos sostienen que las menciones de María son tan vagas que es difícil seguirlas y otros, por el contrario, que se la puede ver a cada paso de la Biblia.
            No obstante, el Concilio Vaticano II, con el Capítulo VIII de la Constitución Dogmática Lumen gentium, ha servido para orientar el estudio dando las bases para encararlo.
            En el Antiguo Testamento, todos los pasajes mariológicos pertenecen a la categoría de profecías y por sus características y contenido los exegetas las dividen en “profecías directas”, que incluyen los textos considerados como ciertos, a saber: Génesis 3,15, Isaías 7,14 y Miqueas 5,2, que propiamente cita a Isaías 7,14; y “profecías indirectas” en las que distinguen entre los “textos acomodados”, como Judith 15,9, Proverbios 8 y Eclesiástico 28; y los “textos de sentido discutidos”: Jeremías 13,22, Salmo 44 y el Cantar de los Cantares.
            Los tres textos de las “profecías directas” pueden y deben afirmarse con certeza como textos mariológicos ciertos, pues además de contar con el respaldo del Magisterio y la Tradición más antigua de la Iglesia son enumerados también por el Concilio Vaticano II (LG, n. 55).
             El pasaje de Génesis 3,15 constituye el portal mariológico de la Sagrada Escritura en el cual leemos:
             “Establezco enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y su linaje, él te aplastará la cabeza y tú le acecharás el calcañar”. 
            Este versículo se lo conoce con el nombre de Protoevangelio. El primero que lo llamó así fue el teólogo protestante Lorenzo Rhetius hacia 1638, quien escribe el porqué de esa denominación: “Merece el nombre de Protoevangelio, porque es el primer Evangelio, esta ‘buena noticia’, que alentó al género humano privado de la gracia de Dios”. En el ámbito católico el nombre de Protoevangelio es utilizado recién en 1753 por el teólogo Smiths en una publicación crítica del Génesis basada en la Vulgata y editada en Bélgica.
            Puede calificarse también como un “oráculo de Yahvé”, pues las palabras se colocan directamente en boca de Dios y tienen un contenido profético, sentencioso y está expresado con solemnidad.
            Es un texto que de por sí contiene toda la fuerza y vigor de la acción salvífica de Dios en la cual proféticamente están presentes los dos personajes inseparables: Jesucristo y María.

I. Interpretación exegética
            Partiendo de que la criatura interpelada con el pronombre personal “tú” es la serpiente, los personajes involucrados son cuatro:
         A. la serpiente.
B. la mujer.
C. el linaje de la serpiente.
D. el linaje de la mujer.
             Pero además, en la estructura del versículo, se observa una triple oposición: 
         1. “Establezco enemistad entre ti y la mujer” (Gn 3,15a )
La serpiente < > la mujer.
2. “Entre tu linaje y su linaje” (Gn 3,15b)
El linaje de la serpiente < > el linaje de la mujer.
 3. “Él te aplastará la cabeza y tú le acecharás el calcañar” (Gn 3,15c)
La serpiente < > el linaje de la mujer.

 1. “Establezco enemistad entre ti y la mujer” (Gn 3,15a)
             A. “Establezco” o pongo ('asît): primera persona del imperfecto activo de qal del verbo sît. La importancia del sentido activo tiene un trasfondo teológico fundamental dada la realidad del pecado que se traduce en amistad con la serpiente y enemistad con Dios. 
            La enemistad que se va establecer, no puede provenir del hombre por la característica de infinitud que tiene la ofensa del pecado de origen a Dios y que lo sujeta al demonio. No existe esfuerzo ni voluntad humana que pueda quebrar esa nefasta dependencia y por ello la enemistad la pondrá Dios y es solamente Dios quien establece esa enemistad como acto salvífico.
             La forma verbal además indica una acción que empieza pero que va a perdurar en el futuro, como quien diría: “de aquí en más”. Viendo esto, la traducción en presente sería más propia que en futuro: “Estableceré enemistad entre ti y la mujer”, pues la enemistad sería trasladad a un tiempo por venir, cuando en realidad Dios la ha puesto en ese mismo momento.
             Si bien, gramaticalmente, el texto no expresa un crescendo de esa enemistad se desprende del contexto que existe una tensión prolongada hacia un extremo, por lo que el verbo afecta a las demás enemistades: entre el linaje de la serpiente y el linaje futuro de la mujer, llevando hacia una concusión de una lucha singular.
             B. “Enemistad” ('êbah) en el texto hebreo y en la traducción de los LXX al singular, mientras que en la Vulgata (“inimicitias ponam”) aparece en plural, "enemistades"; el singular expresa una mayor radicalidad.
             El término 'êbah, en la Sagrada Escritura, se aplica siempre a una enemistad entre seres racionales y no entre seres irracionales. Por lo tanto al ser que dirige Dios sus palabras es un ser racional: el demonio con forma de serpiente y no simplemente a un animal.
             Hay que notar que esta enemistad, como observa F. Asencio, se da en el mayor grado: “habitual, implacable y profunda... que no se satisface sino con el derramamiento de sangre”, dando como ejemplo otros pasajes veterotestamentarios para demostrar la calidad de una enemistad tal: “Si por enemistad le ha golpeado con las manos, y muere, el que le ha herido tiene que morir: es un homicida. El vengador de la sangre dará muerte al homicida en cuanto le encuentre” (Num 35,21-22); “Así dice el Señor Yahvé: Porque los filisteos han actuado vengativamente y han ejecutado su venganza con desprecio y animosidad, tratando de destruir a impulsos de un odio eterno, por eso así dice el Señor Yahvé: He aquí que yo extiendo mi mano contra los filisteos; extirparé a los kereteos y destruiré lo que queda en el litoral del mar. Ejecutaré contra ellos terribles venganzas, furiosos escarmientos, y sabrán que yo soy Yahvé, cuando les aplique mi venganza” (Ez 25,15-16); “Por haber alimentado un odio eterno y haber entregado a la espada a los hijos de Israel el día de su desastre, el día de su última culpa, por eso, por mi vida, oráculo del Señor Yahvé, que yo te dejaré en sangre y la sangre te perseguirá. Sí, eres rea de sangre, ¡y la sangre te perseguirá!” (Ez 35,5-6)”. (Cf. F. Asensio, Génesis: La Sagrada Escritura. Texto y comentario. Antiguo Testamento, T.I, Madrid 1967, p.51). 
            C. “Entre ti”, es decir entre la serpiente, que significa el demonio, en oposición a la mujer. A lo largo de toda la Escritura, sea en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, la serpiente, es símbolo inequívoco del demonio: “Por la envidia del diablo entró la muerte al mundo” (Sab 2,24); “Este era homicida desde el principio, y no se mantuvo en la verdad porque no hay verdad en él” (Jn 8,44); “Y fue arrojado el gran Dragón, la Serpiente antigua, el llamado Diablo y Satanás, el seductor del mundo entero” (Ap 12,9); “Dominó al Dragón, la Serpiente antigua –que es el Diablo y Satanás- y lo encadenó por mil años” (Ap 20,2); etc.
             Según los autores modernos, el hecho de representar al demonio con la serpiente, además de ser un dato escriturístico incontestable, se veía reforzado por el contexto religioso que rodeó al pueblo de Israel y al primer cristianismo. La serpiente era objeto de culto entre los pueblos vecinos como los egipcios y en las religiones siríacas que lo vinculaban con la fecundidad (J. Danielou, Le péché originel, in AA.VV., Notre Foi, Paris 1967, p.116). Y esto se puede vincular perfectamente con el pensamiento del Antiguo y del Nuevo Testamento, que considera a los dioses de los paganos como demonios: “Sacrifican a demonios, no a Dios” (Dt 32,17); “Sacrificaban a sus hijos y sus hijas a demonios” (Sal 106,37); “Lo que inmolan los gentiles, ¡lo inmolan a los demonios y no a Dios! Y yo no quiero que entréis en comunión con los demonios. No podéis beber de la copa del Señor y de la copa de los demonios. No podéis participar de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios” (I Cor 10,20-21); “Los demás hombres, los no exterminados por estas plagas, no se convirtieron de las obras de sus manos; no dejaron de adorar a los demonios y a los ídolos de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, que no pueden ver ni oír ni caminar” (Ap 9,20); etc.
            D. “Y la mujer”. La mujer (ha'issah). La palabra ‘issah va acompañada por el artículo ha. Este artículo puede ser utilizado en el hebreo con tres sentidos, de allí que el sólo análisis filológico no sea suficiente.
            1° sentido: Refiriéndose al sujeto de que se habla en el contexto.
            2° sentido: De modo colectivo.
            3° sentido: Para hablar de una persona u objeto que no es nombrado, pero que sí está en la mente del que habla. Este último sentido es particularmente factible de ser utilizado en el género literario profético.
            Sin embargo, para dilucidar la significación de este artículo, es necesario verlo en el conjunto del contexto estudiando las interpretaciones exegéticas.

2. “Entre tu linaje y su linaje” (Gn 3,15b)
             “Linaje”: descendencia o semilla (zera' ). La palabra zera' se aplica en primer lugar a las semillas de las plantas, como aparece en el Génesis: “La tierra produjo vegetación: hierbas que dan semilla, por sus especies, y árboles que dan fruto con la semilla adentro, por sus especies” (Gn 1,12).
No obstante, es usual y frecuente que con ese término se indique la descendencia de los hombres y normalmente tenga sentido colectivo: “Toda la tierra que ves te la daré a ti y a tu descendencia para siempre” (Gn 13,15); “Y estableceré mi alianza entre nosotros dos, y con tu descendencia después de ti” (Gn 17,7); “Yo te colmaré de bendiciones y acrecentaré muchísimo tu descendencia como las estrellas del cielo y como las arenas de la playa, y se adueñará tu descendencia de la puerta de tus enemigos. Por tu descendencia se bendecirán todas las naciones de la tierra, en pago de haber obedecido tu mi vos” (Gn 22,17-18); etc. 
También puede tener un sentido moral a modo de una colectividad que comparte una actitud o fin común: “¡Ay, gente pecadora, pueblo tarado de culpa, semilla de malvados, hijos de perdición!” (Is 1,4).
            A partir de esto debemos concluir que ambos linajes tienen un sentido colectivo, pero mientras que el linaje de la serpiente tiene un sentido colectivo moral, que se puede entender como una colectividad que sigue fines diabólicos, el linaje de la mujer tiene un sentido colectivo físico, traducido en una enemistad de toda la humanidad con los demonios.
            No hay suficientes elementos para sostener que en esa colectividad diabólica estén incluidos también los hombres cuyos principios, modo de actuar y de pensar, son aquellos del demonio.

3. “Él te aplastará la cabeza y tú le acecharás el calcañar” (Gn 3,15c)
            A. “Él” (hû'). En la Vulgata se traduce hû' por ella (ipsa), pero lo correcto es traducir el artículo hû' por él, tal cual se encuentra en el texto masorético, donde figura hû' y no hî' (ella). La traducción del artículo en singular masculino esteológicamente más exacta pues la cabeza de la serpiente no será aplastada por la mujer sino por el linaje de esta.
            Se ha visto que la oposición entre ambos linajes era colectiva. A pesar de ello, en las postrimerías de ese antagonismo, esa oposición se transforma en confrontación y lucha, pero adquiere nuevamente un carácter personal y singular. Así, aquella oposición: serpiente < > mujer (Gn 3,15a), se convierte ahora en: serpiente < > linaje de la mujer, por lo cual es un descendiente singular y concreto el que va a aplastar la cabeza al ser singular y concreto serpiente.
            B. “... Aplastará ...” - “... Acecharás ...”. Al estudiar estos dos términos, tenemos que las dos acciones se traducen con el mismo tanto en el texto hebreo (suf), como en la versión griega de los LXX (teréo). En estas dos actitudes futuras, según sostiene Coppens, hay que diferenciar el sentido de ataque y éxito de la primera (aplastará), del de defensa fallida de la segunda (acechará), es decir, lo intentará sin lograrlo (Coppens, Eph. Theol. Lov. 26 (1950) 14s).
            Corrobora esta interpretación considerar la raíz de swp, que significa un movimiento para lanzarse sobre algo y que lleva a un choque, pero cuya eficacia está en dependencia de la situación en que se encuentra aquel que lleva a cabo la acción. Así tenemos que el linaje de la mujer aplastará la cabeza de la serpiente, la que tratará de alzarse para acechar el calcañar de quien la ha pisado, pero no pasa de ser un intento sin éxito. El mismo texto concluye aquí y no habla de mordedura o de algo por el estilo. La serpiente se encuentra en una posición desfavorable, y ya derrotada, su movimiento no pasa de ser una reacción instintiva, sólo acechará.

II. Aspecto cristológico
            El vers. 15, es continuación del vers. 14 y con él concluye el castigo de la serpiente. El vers. 16 está reservado al castigo de Eva y los vers. 17 a 19 al castigo de Adán. Estas tres sentencias tienen en común que los culpables no reciben solamente el castigo de Dios sino también de sus víctimas, consecuencia de subvertir el orden divino.
            Existe un escollo proveniente de una tradición anterior a San Ireneo e Hipólito que considera una herida del linaje de la mujer cuyo cumplimiento tuvo lugar cuando Cristo muere en la cruz y, por lo cual, caería la interpretación de Gn 3,15c, en el sentido de que el acechar de la serpiente, entonces habría tenido éxito alcanzando a su víctima. Pero se ha comprobado que tal tradición, alegórica y acomodada, no parte de Gn 3,15c, sino de Gn 49,17 que dice: “Sea Dan una culebra junto al camino, una víbora junto al sendero. Que pica al caballo en sus jarretes y cae su jinete de espaldas”.
            La realidad es que Gn 3,15 profetiza que un descendiente futuro y singular de Eva, seducida por la serpiente, castigará al tentador.
            Este pasaje es absolutamente mesiánico y no debe ser separado de otros textos que ayudan a dar una mayor luz interpretativa como el Oráculo de Balaam (Num 24), en donde leemos pasajes tales como: “Sale un héroe de su descendencia, domina sobre pueblos numerosos” (Num 24,7) o “Lo veo, aunque no para ahora, lo diviso, pero no de cerca: de Jacob avanza una estrella, un cetro surge de Israel” (Num 24,17). De este modo la descendencia o linaje de la mujer no es otro que Cristo.

III. Aspecto mariológico
            Se ha visto que el linaje de la mujer es el Mesías, alguien concreto, singular y no colectivo, debemos dilucidar, entonces, cuál es la mujer que menciona Gn 3,15c, de quien vendrá aquel que derrotará a la serpiente.
            Es evidente que existe un sentido inmediato que tiene su referencia directamente a Eva, más aún considerando que el vers. 16 contiene el castigo divino a la mujer que cayó frente a la tentación del demonio. Pero ello no quita, incluso por determinadas apreciaciones del mismo texto, que se haga referencia a otra persona, más aún, si atendemos de que se trata también de un pasaje con contenido profético.
            En contraposición con el vers. 16, en donde la desolación impera por la pena impuesta dada la falta cometida, en el vers. 15a, la imagen de la mujer es triunfalista y, evidentemente, Eva no se puede considerar como triunfadora sino todo lo opuesto.
            Si recorremos la Sagrada Escritura, jamás vamos a encontrar una imagen victoriosa de Eva, sino, todo lo contrario, aparece como la mujer seducida, vencida, sumida en la tristeza y con la terrible carga de haber sido la primera responsable de introducir el pecado y la muerte en el mundo. Basta observar algunos pasajes: “Por la mujer fue el comienzo del pecado, y por causa de ella morimos todos” (Eclo 25,24); “Temo que, al igual que la serpiente engañó a Eva con su astucia, se perviertan vuestras mentes apartándose de la sinceridad con Cristo” (II Cor 11,3); “El engañado no fue Adán, sino la mujer que, seducida, incurrió en la trasgresión” (I Tim 2,14); etc.
            De aquí que en Gn 3,15a, haya que afirmar con certeza que detrás de Eva hay otra mujer, la Nueva Eva, y por lo cual tendríamos que la palabra mujer está designando en sentido literal inmediato a Eva y en sentido plenior a María.
            Volviendo sobre la triple oposición contenida en Gn 3,15, sin dejar de lado que la palabra principal es “establezco”, pues es la que manifiesta la voluntad divina en una acción concreta, es clave detenerse en el término “enemistad”, constituyendo el gozne sobre el cual gira todo el argumento del texto.
            La enemistad puede darse en lo que podríamos llamar dos planos: uno superficial e imperfecto, y otro pleno o perfecto. La enemistad entre el linaje de la mujer y el linaje de la serpiente de Gn 3,15b, como se vio con anterioridad, es colectiva, sea física o moral, y por lo tanto superficial e imperfecta. Pero en Gn 3,15c, hemos visto que esa enemistad, con Cristo, se transforma en singular y personal, distinta al resto del linaje de la mujer de Gn 3,15b, y además es plena y perfecta. Lo mismo es aplicable a Eva respecto a María. Estos paralelismos nos remiten a considerar que Cristo y María tienen “las mismas enemistades”, que son plenas y totales respecto al demonio, tal cual lo sostenido por Pío IX en la bula Ineffabilis Deus. Con ello se confirma que Gn 3,15 habla en sentido plenior de María.

IV. La tradición exegética
            La particular traducción de la Vulgata de Gn 3,15c de ella (ipsa) en vez de él, fue una de las causas que llevaron a que no hubiese una interpretación mariológica unánime del Protoevangelio entre los Padre de la Iglesia. Algunos de ellos lo hicieron, pero para evitar este escollo y no poner en tela de juicio a la Vulgata (que gozaba de una autoridad indiscutible y, por otro lado, no había aún un desarrollo de la ciencia exegética dedicada a un análisis filológico y crítico hasta el siglo XI) el sentido mariológico del Protoevangelio lo basaron sobretodo en Gn 3,15a y no en 15c.
            A pesar de que el primero en ver la figura de María en Gn 3,15c fue el obispo Fulberto de Chartres (+ 1028), considerado el primer teólogo y humanista del siglo XI y fundador de la célebre escuela catedralicia, no se cambiará el enfoque exegético mariológico concentrado sólo en Gn 3,15a, hasta bien entrado el siglo XIII. 
            Por ello no se puede decir que el período patrístico ofrezca una fundamentación de peso en el tema, situación que se revertirá con la tradición post-patrística y que adquirió con el tiempo una presencia importante en la Iglesia en lo que respecta a la interpretación mariológica del texto genesiaco.

V. El magisterio eclesiástico
1. Anterior al Concilio Vaticano II
             Anteriormente al Concilio Vaticano II, el magisterio de la Iglesia no ha hablado del sentido mariológico de Gn 3,15 de modo estricto, pero existen tres documentos importantes que se acostumbraban citar como argumento de autoridad con un trasfondo exegético proveniente de la tradición patrística y post-patrística. Las citas de Gn 3,15 o sus alusiones se reducen a breves fragmentos, pero tienen en común tres cosas:
         - Considerar a Eva como figura de María, unida a Cristo en la lucha contra el pecado y victoriosa junto con él.
- Si bien menciona un origen patrístico y de la tradición sobre la interpretación exegética, no hay citas de nombres dentro del texto ni se transcriben párrafos de sus obras, como se puede apreciar que ocurre en otros documentos pontificios.
          - En ningún momento se intenta hacer una nueva exégesis sino simplemente se hace referencia a la ya existente.

             A. Pío IX: Bula Ineffabilis Deus (8.XII.1854):
            “...,al glosar las palabras con las que Dios,...aplastó la osadía de la engañosa serpiente y levantó maravillosamente la esperanza de nuestro linaje, diciendo: ‘Pondré enemistades entre ti y la mujer, entre su descendencia y la suya’; enseñaron (los Padres y escritores eclesiásticos) que, con este divino oráculo, fue de antemano designado clara y patentemente el misericordioso Redentor del humano linaje, es decir, el unigénito Hijo de Dios, Cristo Jesús, y designada su santísima Madre, la Virgen María”.
            En este párrafo que se trascribe Gn 3,15a como enseñado por la tradición de la Iglesia, pero el sujeto del párrafo con que se introduce la bula se refiere a “algunos” y no a todos, por lo que no habría un consentimiento común y universal. Esto puede corroborarse además por la referencia que hace el documento a los Padres cuya lista es bastante modesta.

            B. Pío XII: Constitución Apostólica Munificentissimus Deus (1.XI.1950):
            “Pues debe sobre todo recordarse que, ya desde el siglo II, la Virgen María es presentada por los Santos Padres como la nueva Eva, aunque sujeta, estrechísimamente unida al nuevo Adán en la lucha contra el enemigo infernal; lucha que, como de antemano se significa en el Protoevangelio (Gn 3,15), había de terminar en la más absoluta victoria sobre la muerte y el pecado, que van siempre asociados entre sí en los escritos del Apóstol de las gentes (Rom 5 y 6; I Cor 15,21-26.54.57)”.
            Pío XII no hace referencia directa a Gn 3,15, sino a la interpretación de la tradición que asocia a María, nueva Eva, con la lucha contra el demonio. A San Justino (+ 165) se le atribuye haber explicitado por primera vez el paralelismo Eva-María en el Diálogo con Trifón, y posteriormente retoma el tema San Ireneo (+ 202) en Contra los herejes. Considerando estrictamente el documento pontificio en su conjunto, basándose en la Escritura y en relación al triunfo sobre el enemigo, la enseñanza emergente es plenamente cristológica quedando casi totalmente diluido cualquier sentido mariológico.

            C. Pío XII: Encíclica Fulgens corona (8.IX.1953):
            “...,ya en las Sagradas Escrituras aparece el fundamento de esta doctrina, cuando Dios, creador de todas las cosas, después de la lamentable caída de Adán, habla a la tentadora y seductora serpiente con estas palabras, que no pocos Santos Padres y Doctores de la Iglesia y muchísimos autorizados intérpretes refieren a la Virgen, Madre de Dios: ‘Pondré enemistades entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y la suya...’(Gn 3,15)”.
            Nuevamente aquí, al decir “no pocos Santos Padres...”, deja en claro que no existe un consentimiento unánime en lo que a interpretación exegética respecta.

2. El Concilio Vaticano II: Constitución Dogmática Lumen Gentium (21/XI/1964)
             Recién con el Concilio Vaticano II, se puede hablar de un progreso sobre el magisterio eclesiástico anterior, pues por la fuerza del lenguaje, las expresiones utilizadas y los fundamentos esgrimidos, estaría enseñando el sentido mariológico de Gn 3,15, sin márgenes de duda:
             “Los libros del Antiguo Testamento describen la historia de la salvación, en la cual se prepara, paso a paso, el advenimiento de Cristo al mundo. Estos primeros documentos, tal como son leídos en la Iglesia y son entendidos bajo la luz de una ulterior y más plena revelación, cada vez con mayor claridad iluminan la figura de la mujer Madre del Redentor; ella misma, bajo esta luz es insinuada proféticamente en la promesa de victoria sobre la serpiente, dada a nuestros primeros padres caídos en pecado (Gn 3,15)” (Concilio Vaticano II, LG VIII, 55).

3. Juan Pablo II: Carta Encíclica Redemptoris Mater (25/III/1987)
             Esta Carta Encíclica constituye el documento pontificio mariano más moderno y en sus NN° 7 y 11, se menciona a Gn 3,15 con la certeza que la “mujer” allí nombrada es indiscutiblemente figura de María.
         “El plan divino de la salvación, que nos ha sido revelado plenamente con la venida de Cristo, es eterno. Está también -según la enseñanza contenida en aquella Carta y en otras Cartas paulinas- eternamente unido a Cristo. Abarca a todos los hombres, pero reserva un lugar particular a la ‘mujer’ que es la Madre de aquel, al cual el Padre ha confiado la obra de la salvación.  Como escribe el Concilio Vaticano II, ‘ella misma es insinuada proféticamente en la promesa dada a nuestros primeros padres caídos en pecado’, según el libro del Génesis (cf. 3, 15)” (N° 7).
         “En el designio salvífico de la Santísima Trinidad el misterio de la Encarnación constituye el cumplimiento sobreabundante de la promesa hecha por Dios a los hombres, después del pecado original, después de aquel primer pecado cuyos efectos pesan sobre toda la historia del hombre en la tierra (cf. Gn 3, 15). Viene al mundo un Hijo, el ‘linaje de la mujer’ que derrotará el mal del pecado en su misma raíz: ‘aplastará la cabeza de la serpiente’. Como resulta de las palabras del protoevangelio, la victoria del Hijo de la mujer no sucederá sin una dura lucha, que penetrará toda la historia humana. ‘La enemistad’, anunciada al comienzo, es confirmada en el Apocalipsis, libro de las realidades últimas de la Iglesia y del mundo, donde vuelve de nuevo la señal de la ‘mujer’, esta vez ‘vestida del sol’ (Ap 12, 1)” (N° 11).
La presentación del texto de Gn 3,15 parte del plan de la salvación como acto trascendental de la Santísima Trinidad cuya concreción se da en la Encarnación del Verbo. En ese designio divino está incorporada la “mujer” profetizada en el Génesis y hecha realidad en María, cuyo Hijo es el “linaje de la mujer” que derrotará al pecado. Hace finalmente un paralelismo entre la “mujer” del Génesis y la “mujer” del Apocalipsis, a la que vincula por medio de la “enemistad” con la serpiente, que tuvo sus comienzos en los albores de la humanidad y tendrá su culmine en la consumación de los tiempos concluyendo con el triunfo sobre el enemigo. Al unir ambos textos que constituyen los extremos de la Revelación, esa “mujer” que no es otra que María, asociada a la economía salvífica, es para toda la humanidad signo de la intervención divina, de la lucha contra el mal y también de la victoria final.


miércoles, 22 de agosto de 2012

¿Es verdad que Cristo desprecio a su madre, como dicen los protestantes?

¿Es verdad que Cristo desprecio a su madre, como dicen los protestantes?




Por: Jesús Urones
defensoris@catolicosfirmesensufe.org


1.-INTRODUCCIÓN:
-Es un argumento muy común, usado por protestantes, el decir que Cristo rechazó a su Madre en varias ocasiones. De esta manera pretenden enseñar que el culto que le tenemos a la Madre de Dios es erroneo y es inventado por los hombres. Para ello los protestantes suelen citar 3 pasajes de la escritura: Lucas 11:27-28,Mateo 12:46-50,Juan 2:1-4.
-Estas objecciones no son nuevas para los católicos, algunos herejes de los primeros siglos ya las hicieron, y los Santos Padres se encargaron de responderles....pero ahora no hay Santos Padres ya, por lo que es labor de los Apologistas Católicos responder nuevamente las mismas objecciones que hace más de 1000 años se nos hicieron....
-Nos dice al Respecto San Jerónimo :No negó El, pues, como pretenden Marción y Maniqueo, a su Madre, de quien nació, para no dar lugar a que se creyese que era hijo de un fantasma, sino que quiso destacar el vínculo con los discípulos sobre el vínculo de parentesco, para enseñarnos a preferir el vínculo del espíritu al de los parientes. (cita sacada de la Catena aurea de Santo Tomás).
-Si bien es cierto Marción y Maniqueo afirmaban ahí que Cristo negó a su familia, a su madre, bien es cierto que la negación de los protestantes es diferente, pero esa diferencia se convierte en igualdad al negar las doctrinas marianas, pues ambas negaciones son herejías perniciosas.Cristo no puede despreciar a su Madre,sin cometer pecado(Exodo 20:12), por lo tanto estos pasajes deben interpretarse correctamente a la luz de la revelación biblica.


PRIMERA OBJECCIÓN:
27 Cuando Jesús terminó de hablar, una mujer levantó la voz en medio de la multitud y le dijo: «¡Feliz el seno que te llevó y los pechos que te amamantaron!». 28 Jesús le respondió: «Felices más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la practican».Lucas 11:27-28
RESPUESTA CATÓLICA:
-Dividiré la respuesta en dos partes:
1)La Interpretación bíblica con su exégesis correspondiente.
2)La interpretación de los Santos Padres.
1)La Interpretación bíblica con su exégesis correspondiente
El evangelio de Lucas recoge el momento en el que « alzó la voz una mujer de entre la gente, y dijo, dirigiéndose a Jesús: « ¡Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te criaron! » (Lc 11,27). Estas palabras constituían una alabanza para María como madre de Jesús, según la carne. La Madre de Jesús quizás no era conocida personalmente por esta mujer. En efecto, cuando Jesús comenzó su actividad mesiánica, María no le acompañaba y seguía permaneciendo en Nazaret. Se diría que las palabras de aquella mujer desconocida le hayan hecho salir, en cierto modo, de su escondimiento.
a la bendición proclamada por aquella mujer respecto a su madre según la carne, Jesús responde de manera significativa: « Dichosos más bien los que oyen la Palabra de Dios y la guardan » (cf. Lc 11,28). Quiere quitar la atención de la maternidad entendida sólo como un vínculo de la carne, para orientarla hacia aquel misterioso vínculo del espíritu, que se forma en la escucha y en la observancia de la palabra de Dios.
El mismo paso a la esfera de los valores espirituales se delinea aun más claramente en otra respuesta de Jesús, recogida por todos los Sinópticos. Al ser anunciado a Jesús que su « madre y sus hermanos están fuera y quieren verle », responde: « Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la Palabra de Dios y la cumplen » (cf. Lc 8,20-21). Esto dijo « mirando en torno a los que estaban sentados en corro », como leemos en Marcos (Mc 3,34) o, según Mateo (Mt 12,49) « extendiendo su mano hacia sus discípulos ».
Estas expresiones parecen estar en la línea de lo que Jesús, a la edad de doce años, respondió a María y a José, al ser encontrado después de tres días en el templo de Jerusalén.
Así pues, cuando Jesús se marchó de Nazaret y dio comienzo a su vida pública en Palestina, ya estaba completa y exclusivamente « ocupado en las cosas del Padre » (cf. Lc 2,49). Anunciaba el Reino: « Reino de Dios » y « cosas del Padre », que dan también una dimensión nueva y un sentido nuevo a todo lo que es humano y, por tanto, a toda relación humana, respecto a las finalidades y tareas asignadas a cada hombre. En esta dimensión nueva un vínculo, como el de la « fraternidad », significa también una cosa distinta de la « fraternidad según la carne », que deriva del origen común de los mismos padres. Y aun la « maternidad », en la dimensión del reino de Dios, en la esfera de la paternidad de Dios mismo, adquiere un significado diverso. Con las palabras recogidas por Lucas Jesús enseña precisamente este nuevo sentido de la maternidad.
-Una vez entendido esto, ahora vamos al griego:
Encontramos aqui una palabra que es clave: “μενοῦνγε” ->menoun
El diccionario Strong la define como: Por el contrario,realmente,,Por eso, por tanto,más bien...
esta palabra se usa cuatro veces en el NT: Lc 11:28, Rom 9:20, 10:18, 03:08 y Phil. Al parecer, puede significar una diferencia, sin embargo, este cambio no tiene por qué negar lo que había antes de él.
Veamoslo con un ejemplo:
3:7 Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.
3:8 Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo,

Tenemos ahí la misma palabra: 
μενοῦνγε.
Claramente, la palabra en este pasaje “μενοῦνγε” no  niega lo que vino antes, ya que la comparación se hace entre "cuantas cosas" y "todas las cosas." Esta expresión no niega lo primero que dice, sino que simplemente se amplió, por lo que se trata de una categoría más amplia.  Es decir, ese “y ciertamente” lo que viene a decirnos es que va a ampliar lo que se dijo en 3:7 no significa que vaya a negarlo sino simplemente vemos como lo amplia, diciendo aun estima esas cosas que antes eran ganancia para el  y las perdio por amor a Cristo.Al principio nos dice estima unas cuantas cosas, luego nos dice estima todas las cosas.
Otro caso donde se usa la misma palabra para complementar lo dicho anteriormente es:
9:19 Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha resistido a su voluntad?
9:20 Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así? Romanos 9:19-20
Por lo tanto, Lucas 11:28 no debemos verlo como una negación de lo que la mujer dijo, sino simplemente que Cristo deseaba ser más específico y complementarlo indicando que es lo más importante, pero no por ello mermar importancia a lo que dijo la mujer. La respuesta del Señor es clara: “Felices los que escuchan la palabran del Señor y la practican”Es decir para el Señor lo más importante de su madre es que escuchó la palabra de Dios, y la puso en práctica, guardándola y meditándola en su corazón:
Lucas 2:19  Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
Lucas 2:51  Y descendió con ellos, y volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.
Por dos veces la Escritura nos recuerda que ella guardaba todo lo de Dios en su corazón.Esto nos lo dice la Escritura para ver que ella cumplia con :
Salmos 119:2  Bienaventurados los que guardan sus testimonios, Y con todo el corazón le buscan;
Era bienaventurada porque guardo su testimonio y le busco con todo su corazón, además porque se lo dijo el ES Lucas 1:48.
Salmos 119:11  En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti.
Guardaba sus palabra para no pecar contra Dios. Por eso Cristo la alaba. Y por eso los protestantes forjan mentiras contra ella:
Salmos 119:69  Contra mí forjaron mentira los soberbios, Mas yo guardaré de todo corazón tus mandamientos.

2)La interpretación de los padres de la Iglesia:
-Sobre este pasaje de la escritura comentan los padres:
San Juan Crisóstomo in Matthaeun hom. 45. Esta contestación no la dio el Salvador menospreciando a su Madre, sino manifestando que de nada le hubiese aprovechado el haberle dado a luz si después no hubiera sido buena y fiel. Además, si Jesús, que nació de María, no la hubiese beneficiado con las virtudes de su alma, con mucha más razón puede decirse que no nos valdrá el tener un padre o un hermano o un hijo virtuoso, si nosotros carecemos de su virtud.
Beda. Una mujer confiesa con gran fe la encarnación del Señor, en tanto que los escribas y los fariseos lo tientan y blasfeman. Y así dice: "Estando diciendo estas cosas, he aquí que una mujer, levantando la voz de en medio del pueblo, exclamó: Bienaventurado el vientre que te llevó", etc. Con cuyas palabras confundió la calumnia de los personajes que estaban presentes y la perfidia de los futuros herejes. Porque así como entonces los judíos negaban al verdadero Hijo de Dios, blasfemando de las obras del Espíritu Santo; así después los herejes no quisieron confesar al verdadero Hijo del hombre, consustancial al Padre, negando que María siempre Virgen, por la cooperación de la virtud del Espíritu Santo, hubiese provisto la materia de la carne al Unigénito de Dios que había de nacer. Pero si se dice que la carne del Verbo de Dios, nacido según la carne, es extraña a la de la Virgen Madre, habría que decir que no hay razón para beatificar el vientre que lo había llevado y los pechos que le habían alimentado. ¿Cómo podía decirse que había sido alimentado con la leche de la Virgen si se niega que lo haya concebido en su seno, siendo así que, según los físicos, uno y otro proceden de un mismo origen? Y no sólo Ella que mereció engendrar corporalmente al Verbo de Dios, sino que asegura que son bienaventurados también todos lo que procuran concebir, dar a luz y como dar de lactar espiritualmente al mismo Verbo por la fe y la práctica de las buenas obras, tanto en su corazón como en el de sus prójimos. Sigue pues: "Pero Jesús respondió: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios", etc.
SEGUNDA OBJECCIÓN:
12:46 Mientras él aún hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, y le
querían hablar.
12:47 Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están afuera, y te quieren hablar.
12:48 Respondiendo él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos?
12:49 Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos.
12:50 Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre. Mateo 12:46-50

RESPUESTA CATÓLICA:
1)La interpretación bíblica con su exégesis correspondiente:
Jesús, en este  pasaje coloca el lazo que une el alma con Dios sobre el vínculo natural de parentesco que une a la Madre de Dios con su divino Hijo. La dignidad de esta última no es menospreciado, como los hombres, naturalmente, apreciar con mayor facilidad, es empleado por el Señor como un medio para dar a conocer el valor real de la santidad.
Jesús, por tanto, en realidad, alaba a su madre de una manera más enfática, porque se destacó del resto de los hombres en la santidad no menos que en dignidad. Lo más probable, María se encontró también entre las santas mujeres que sirvieron a Jesús y sus apóstoles durante su ministerio en Galilea (cf. Lucas 8:2-3), los evangelistas no mencionan ningún aspecto de la vida  pública de María durante el tiempo de Jesús y sus viajes a través de Galilea o Judea. Pero debemos recordar que cuando el sol aparece, incluso las estrellas más brillantes se vuelven invisibles.
-En la respuesta que dió el Señor encontramos la clave:
“Todo el que hace la voluntad de mi Padre, es mi madre, hermano, hermana...”
María si hizo la voluntad de Dios:
1:38 Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.Lucas 1:38
Este sí que dio a Dios, ha sido el SI más importante en la historia de la Humanidad.Por eso Cristo nos recuerda que lo más importante de María fue su fe absoluta en Dios, dando un SI para que en ella se hiciera su voluntad. Eleva lo espiritual a lo carnal nuevamente. Si bien es cierto ella es la madre de Dios según la carne, pues le dió el cuerpo, el hombre no debe quedarse solamente ahí, debe verla como modelo, pues ella se hizo esclava de Dios para HACER SU PLENA VOLUNTAD.
Y nos manda que hagamos la voluntad de su hijo:
2:5 Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere.Juan 2:5

2)La interpretación de los padres de la Iglesia
San Jerónimo. Se me figura que el anunciante no habla por casualidad ni con sinceridad, sino para tenderle algún lazo, sin duda para ver si prefería a la obra espiritual la carne y la sangre. Por eso el Señor, sin negar a su Madre y a sus parientes, sino para contestar al que le avisaba, rehusó el salir.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 44,1. Y no dijo: "Marcha, dile que no es mi Madre", sino que se dirigió al que le avisaba, y contestándole cuando le hablaba, le dijo: "¿Cuál es mi Madre, y cuáles son mis hermanos?1" San Hilario, in Matthaeum, 12. No se debe juzgar por estas palabras que en ellas dio El un testimonio de desaire hacia su Madre, puesto que desde lo alto de la cruz le dio pruebas de solicitud y amor filial (Jn 19)
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 44,1. Si hubiera El querido negar a su Madre, lo hubiera hecho cuando los judíos se mofaban de El con ocasión de su Madre (Mc 6)
San Jerónimo. No negó El, pues, como pretenden Marción y Maniqueo, a su Madre, de quien nació, para no dar lugar a que se creyese que era hijo de un fantasma, sino que quiso destacar el vínculo con los discípulos sobre el vínculo de parentesco, para enseñarnos a preferir el vínculo del espíritu al de los parientes.


TERCERA OBJECCIÓN:
2:1 Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús.
2:2 Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos.
2:3 Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino.
2:4 Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora.
Juan 2:1-4


RESPUESTA CATÓLICA:
Ell significado de la respuesta de nuestro Señor es: "¿Por qué me preocupa por que me pide una intervención de El tiempo divinamente señalado para tal manifestación no ha llegado todavía", o "¿por qué preocuparse, no tiene el tiempo de? manifestar mi poder venir? " El primero de estos significados implica que, debido a la intercesión de María Jesús anticipó la hora fijada para la manifestación de su poder milagroso, el segundo significado se obtiene mediante la comprensión de la última parte de las palabras del Señor como una pregunta, como se ha hecho por San . Gregorio de Nisa, y por la versión árabe de Taciano "Diatessaron" (Roma, 1888). María comprendió las palabras de su Hijo en su sentido propio, ella simplemente advirtió a los camareros, "Haced todo lo que os dicen, haced vosotros" (Juan 2:5). No puede haber ninguna cuestión de explicar la respuesta de Jesús en el sentido de un rechazo a su madre.
-Jesús llama a su madre “mujer” podíamos entonces creer esta despreciándola al no decirle “madre”. Es cierto en un lectura superflua y poco profunda podemos entender cierta oposición de Cristo a su madre, pero profundizando  vemos que no es así: En varias ocasiones Cristo llamó a María mujer : Juan 2:5, Juan 19:26-27, dos pasajes importantisimos en la historia de la Salvación.
*MUJER es un título que Cristo le dió a María.el uso de esta palabra en labios de Cristo no indicaría frialdad o despego, sino solemnidad. Así dice a la cananea: "¡Oh mujer!, grande es tu fe" (Mt 15:28). Es algo admitido por los autores que tal apelativo no incluye de suyo frialdad o repulsa 37. Hasta incluso puede ir incluido en este término un matiz de ternura . En la literatura griega aparecen con este nombre reinas y princesas. En Hornero se llama así a la reina Helena . Lo mismo aparece en Sófocles 40. Así llamó Cesar a Cleopatra.
 Y ya en el mundo oriental extrabíblico se encuentran casos afines. En los textos de Rash Shamra se llama a la diosa Ashirat "St" (mujer)
En Flavio Josefo, al relatarse el encuentro del siervo de Abraham que va a buscar esposa para Isaac, se pone en boca de este siervo mensajero un discurso, en el cual hay una expresión de interés a este propósito:
"Terminada (la cena) él (siervo) habló así a la madre de la joven (Rebeca): Abraham es hijo de Tarej, vuestro consanguíneo, pues Najor es abuelo, ¡Oh mujer! (ώ γυναι) de tus hijos."
Los textos rabínicos también tienen una sugerencia de interés. En la vigilia del día de la gran expiación, los ancianos hablan así al sumo sacerdote: "¡Oh hombre mío (ishí), sumo sacerdote!"
En el mismo Ν. Τ. hay un dato importante. En la parábola de los dos hijos, uno de ellos se dirige a su "padre" llamándole "señor" (Mt 21:30). Este dato puede ser de interés. Si el hijo puede llamar a su padre, en ocasiones, "señor," igualmente el hijo a su madre "mujer," si este nombre significa en ciertos casos deferencia y solemnidad.
-Pero recordemos eso también se dice en Juan 19:26-27 cuando ella se encuentra al pie de la Cruz. Uniendo estos dos pasajes, deducimos que tenemos que remontarnos al Génesis, a tiempos de Eva, para entender porque Cristo llama así a su Madre:
23 El hombre exclamó: «¡Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Se llamará Mujer, porque ha sido sacada del hombre».Génesis 2:23
15 Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo. El te aplastará la cabeza y tú le acecharás el talón».Génesis 3:15
20 El hombre dio a su mujer el nombre de Eva, por ser ella la madre de todos los vivientesGénesis 3:20
Mujer, se llamó a Eva cuando estaba sin pecado y era virgen, cuando aún obedecia al Señor.Por eso Cristo llama a María Mujer: para indicarnos era como Eva antes de pecar.
Con la frase, también interrogativa, aunque aquí por su misma estructura gramatical, "¿qué a mí y a ti?" ¿qué es lo que niega Cristo a María? No puede ser:
a) El que no le importe ni tenga que ver nada con el asunto. Lo cual no es verdad, ni teológica, ni filológicamente, ni por el contexto, pues actúa.
b) El no intervenir, pues interviene; no el no hacer un milagro, pues lo hace.
 Alegar que en el texto se omite parte de la conversación y el diálogo entre Cristo y María, en el cual ésta convencería a Cristo de que hiciese el milagro, no sólo es gratuito, sino que también va contra esa "hora" inmutable del plan de Dios antes aludido.
Ha de ser una negativa exigida por la estructura misma de la frase, pero que afirme. ¿Cabe esto en la valoración de esta frase? Seguramente. Esta es una frase elíptica que admite diversidad de matices, conforme al uso, tono o inflexiones de voz, gestos que la acompañan, etc., sin poder darse por cierto el que no tenga otros posibles significados no registrados en los documentos extrabíblicos o bíblicos. De ahí que el matiz que propiamente le corresponda haya que captarlo en el contexto.
Y como aquí Cristo alega el que llegó su "hora" — afirmación que resulta de su forma interrogativo-negativa — , pues hace el milagro, se sigue que no va a negarlo en la primera frase, de la cual la segunda es alegato para justificar la primera. Por tanto, ésta negando ha de afirmar. Expresada en forma interrogativa, ha de querer, fundamentalmente, decir que no hay para intervenir en este asunto ni oposición, discrepancia o negativa entre Cristo y María, para que El no acceda al ruego de su Madre (1 Re 17:18), puesto que ya no hay el inconveniente de no haber llegado su "hora." Precisamente el pasaje alegado de 1 Reyes (17:18) es una interrogación que supone la negación de una enemistad o desunión entre Elias y la mujer de Sarepta. Niega la desunión para así afirmar un estado de unión.
Lo mismo se ve en 2 Samuel (19:23), en el que la interrogación de David a los hijos de Sarvia, sus fieles acompañantes, supone negación de discrepancia o desunión con él; lo que es venir, hipotéticamente, a afirmar su unión con él.
Parafraseando estas expresiones, podría decirse:
- "No tienen vino; intervén sobre naturalmente.
- Sí, lo haré; ¿qué discrepancia u oposición puede haber entre tú y yo?
- Precisamente para hacerlo, ¿no llegó ya mi hora? Puedo y debo comenzar ya la manifestación gloriosa de mi vida de Mesías. Sólo que, en este caso, accedo complacido a tu petición, porque con todo ello se cumple el plan del Padre al poner tú la condición para la manifestación de mi "gloria."